Todos, excepto las nuevas generaciones, fuimos testigos de uno de los inventos futbolísticos más polémicos en la historia del fútbol mexicano.
En la década de los 90, Cuauhtémoc Blanco improvisó tomando el balón con los dos pies, como una presa que no quiere dejar escapar, para luego brincarla y evitar perder el esférico contra el rival: la famosa ‘Cuahteminha’ que por años fue una jugada clásica del examericanista, aunque para muchos iba en contra del juego limpio, pues se consideraba ‘retención de balón’ .
Como político y rumbo a las elecciones del 2024, la ‘cuahteminha’ reaparece en el terreno de juego.
Apenas el pasado mes de enero, Cuauhtémoc Blanco aseguró ante la prensa que no buscará “otro hueso y otro y otro”, pues “no es como todos los políticos”; sin embargo, cada vez es más clara su intención de dejar el cargo antes de culminar el periodo para el que rindió protesta hasta 2024.
El todavía Gobernador de Morelos estará buscando licencia próximamente para abandonar el barco y subirse a otro, sin soltar el balón. Un curul federal sería la mira ya sea en San Lázaro o en Reforma, aunque todavía está a la espera del permiso del ‘patrón’.
El discurso de Cuauhtémoc de no fallarle a los ciudadanos rápido se desmoronó. A un año de concluir su mandato, Cuauhtémoc ya se quiere ir, sin haber resuelto los problemas que prometió resolver, dejando al estado sumergido en inseguridad y violencia, reteniendo su ‘hueso’ del adversario y llevándoselo a otro lado para no perderlo. Como en los años 90.
Era cuestión de tiempo para que Cuauhtémoc mostrara que la política le deja más que el fútbol y que se aferrara con uñas y dientes. Ya veremos si en la política como en el empastado le funcionará la magia o se privilegiará el fair play.