Si de algo carece la actual administración estatal en Morelos es de transparencia.
Han tenido que ser organizaciones civiles y ciudadanos quienes desenmascaren los negocios y artilugios de los que se ha valido el gobierno morelense y, en días recientes, se desató una polémica más en contra de Cuauhtémoc Blanco. Para variar.
El portal de Aristegui Noticias dio a conocer un reportaje en el que la Organización Morelos Rinde Cuentas solicitó vía acceso a la información los documentos del concurso de licitación y posterior contrato con la empresa que se encargaría de emitir las licencias de manejo en el estado.
De acuerdo a la nota periodística, fueron cinco las empresas concursantes y Digimania fue la compañía que ganó el concurso en diciembre del 2018.
Hace un par de días, el artículo destapó que el gobierno estatal otorgó el contrato a dicha empresa pese a que esta no cumplió con todos los requisitos básicos y que debió haber sido descalificada del concurso, no obstante que fue la propuesta más cara de las cinco concursantes, con un contratos presupuestados de 202 millones de pesos; en comparación con la compañía INSHA, que propuso un proyecto de 126 mdp, o Lazos Internacionales, que concurso ofreciendo una propuesta de 86 millones de pesos, es decir, mucho menos de la mitad de la empresa ganadora.
Haciendo una búsqueda en la web sobre esta empresa, lo único que obtuvimos fue que es una compañía “de impresión offset e impresión digital”, es decir, no cuenta con ninguna experiencia en el ramo de impresión de licencias, como lo constató la investigación de la organización civil morelense.
Con decir que Digimania se presentó al concurso de licitación sin la impresora con la que iba a emitir las pruebas de licencia y que era requisito presentar, mientras que otras empresas cumplieron con todos los requerimientos.
¿Qué esconderá el Gobernador de Morelos? ¿Quién estará detrás cobrándose algún viejo favor? Pues el cinismo y corrupción en esta contratación, de no explicar motivos contundentes, es evidente.
Y vaya, que con todo y su contrato carísimo y turbio no pueden terminar con el problema de las licencias apócrifas en el estado aunque Víctor Mercado se empeñe en defender a la empresa que le contrataron para su dependencia y de la que él debió haber dado visto bueno mientras estuvo en el cargo.