A pocos días de la elección, todo indica que Córdoba, Veracruz, se encamina hacia una transformación profunda. Las encuestas muestran una ventaja de más de 30 puntos para el candidato de Morena y el Partido Verde, Manuel Alonso Cerezo, una distancia que refleja la intención de un cambio con honestidad y trabajo, sino el respaldo claro a un proyecto que ha sabido conectar con la ciudadanía. Sus adversarios políticos mantienen apenas un 16% en el caso de Movimiento Ciudadado, 13% el PAN, 11% el PRI y un 2% el PT
Esta campaña no ha sido de discursos vacíos ni de promesas imposibles. Ha sido, por el contrario, una campaña de calle, de diálogo directo, de escuchar y proponer. Desde el primer día, el contador Manuel Alonso Cerezo apostó por la cercanía, recorriendo colonias y comunidades, hablando de frente y con el compromiso de trabajar por un futuro mejor para todos.
El mensaje ha sido firme y coherente: cambio con honestidad y trabajo. No es una consigna más, sino un compromiso que ha calado hondo en una ciudad que lleva años esperando gobiernos que cumplan, que no roben y que realmente velen por el bienestar colectivo.
Los cordobeses están apostando por un nuevo rumbo, por una forma distinta de hacer política: sin derroches, sin soberbia, y con un profundo sentido de responsabilidad social. La ventaja en las encuestas no solo es una fotografía del momento, es un reflejo del hartazgo, pero también de la esperanza.
La elección del próximo 1 de junio podría marcar un antes y un después para Córdoba. Y si el resultado se confirma, vendrá entonces la parte más importante: demostrar que sí se puede gobernar con principios, cumplir con la gente, y hacer del servicio público una verdadera vocación.
