Las lanchas permanecen quietas como si fuera, el 19 de septiembre de 2017, a minutos del sismo que vacío el lago artificial del Bosque de Tláhuac.
Las embarcaciones siguen en espera de ser abordadas, pero no yacen sobre un espejo de agua, sino sobre el pasto que ha crecido desde entonces.
“Ahí están desde el temblor, abandonadas, como casi todo el parque”, comentó la comerciante Carmen Cabrera.
El circuito peatonal de un kilómetro que rodea lo que era el lago es recorrido todas las mañanas por corredores, quienes acuden a ejercitarse.
“Quisieron rellenarlo por lo menos dos veces, pero las grietas que hay sobre el cascajo sobre el que se hizo el lago artificial chuparon el agua y así sigue, sin agua”, comentó el corredor Genaro Real.
El extinto cuerpo de agua es una muestra del deterioro del parque público ubicado en la Colonia Miguel Hidalgo, limítrofe con el Pueblo de San Gregorio Atlapulco, de Xochimilco.
“Hubo una pista de hielo, que ya nadie se acuerda, pero ahí está la estructura sin uso, así ha tenido la Alcaldía el Bosque durante años, antes ni carreras nos permitían hacer, ahora ya”, contó Emilio Hurtado, presidente del Club de Corredores que entrena en este espacio.
En el límite con San Gregorio, la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) instaló el parque lineal La Brecha. Aunque este cuenta con una caseta de vigilancia, la zona que colinda con el Bosque es utilizada como tiradero de cascajo.
El olvido del parque puede notarse desde el acceso principal, en la esquina de las avenidas Heberto Castillo y La Turba, donde la fachada con huecos recibe a los visitantes.
Se suman los juegos infantiles deteriorados, la señalética que dejó de ser visible, quioscos para reuniones destrozados, andadores peatonales desbaratados y un jardín de cactáceas arrumbado.
Tras el desecamiento del espejo de agua, los visitantes dejaron de observar aves migratorias en el área.
“Antes (las aves) eran un atractivo cuando corrías alrededor del lago, ahora vuelan a la laguna de San Gregorio”, apuntó Hurtado.
El lugar también alberga una granja de animales y un Faro de actividades culturales a los que personas asisten diariamente.
“Estaría muy bien que se recuperara el lago, el Bosque y se integrara con el nuevo corredor biocultural de La Brecha, para ir a correr hasta la laguna de San Gregorio”, apuntó Real.
Tanto el Club de Corredores del Bosque como vecinos de la zona han pedido la recuperación del parque a la alcaldía, pero les ha indicado que se carece de recursos para ello.
