Al principio de la pandemia, los trabajadores del servicio de limpia recibían equipamiento para reducir el riesgo de contagio; se les entregaban kits con cubrebocas, guantes y caretas.
Dos años después y en plena quinta ola, esas medidas ya quedaron en el olvido.
Juan Manuel Soto, trabajador en Venustiano Carranza, denunció que era complejo maniobrar los desechos al portar todo el equipo. Él prefería quitárselo, pese a aumentar la exposición al coronavirus.
“No se podía trabajar con eso, pero ahora ni se acuerdan de nosotros”, enfatizó.
Soto es uno de los 15 mil 464 trabajadores de limpia con los que cuenta la Capital. Hasta la fecha no ha recibido la tercera dosis de la vacuna contra el Covid, pues, asegura, la reacción de esta lo obligaría a dejar de trabajar algunos días y perdería así los ingresos de las propinas que recibe de los vecinos de las colonias a las que atiende.
Su compañero Bernardo Reyes sí cuenta con la cuarta dosis, pero prefiere trabajar sin mascarilla ante la mala experiencia que tuvo con los respiradores distribuidos en 2020.
“Cuando nos dieron, eran unos cubrebocas muy difíciles (de usar), de tela gruesa, no hay manera de estar cargando las bolsas con la nariz tapada”, recalcó Reyes.
Además del equipamiento, otras medidas han caído en desuso, aseguraron ambos. Es el caso de la recomendación de separar los residuos médicos y desinfectarlos adecuadamente, la cual fue promovida por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
“En los primeros meses de la infección le decían a la gente que depositaran la basura Covid en una bolsa y la rociaran con cloro, para no contagiarnos; ya no les importa, ahora viene dentro de las bolsas y uno los agarra”, refirió Martín Pérez, quien opera en Iztapalapa.
Cifras de la Sección 1 del Sindicato refieren que a lo largo de toda la pandemia han fallecido mil trabajadores del servicio de limpia.
